se fue al cine

LOS CUATRO LUCHADORES DE "MÚNICH 1972"

FANS OLÍMPICOS

En las afueras de la Villa Olímpica de "Múnich 1972" nos pedían autógrafos

Nos sentíamos un poco importantes

Por Javier Norberto León García OLY

Publicado: hace 6 horas

Hay un fenómeno que pasa en los Juegos Olímpicos y no tanto en Juegos Deportivos Panamericanos, es que en las afueras de las Villas de alojamiento hay niños y jóvenes que esperan que salgan los participantes pidiendo autógrafos, más aún en “Munich 1972”, los primeros Juegos Olímpicos que se utilizaba tecnología moderna, con una ciudadanía alemana de querer borrar la imagen de los tiempos del Nacional Socialismo (Nazi) de Adolfo Hitler, siendo hasta un poco perturbadora ya que no pasabas inadvertido al salir para dirigirte en el Metro al centro de la ciudad.

Después de los hechos luctuosos de los Juegos, continuaron por inercia las competencias para la culminación de los mismos, el ambiente festivo se fue opacando, ya no era igual como antes de la masacre de los israelíes del 05 de setiembre. Todos estábamos libres, “los cuatro de Munich” no teníamos ya la responsabilidad de competir ni de entrenar, así que decidimos dar una vuelta por la ciudad.

Nos vestimos de paisanos, mejor dicho, salimos sin nuestros uniformes que nos delatara que éramos deportistas, a medio camino de llegar al metro o tren eléctrico que se encontraba a 100 metros de la puerta de la Villa, había un grupo un poco numeroso con unas pancartas, entre niños, jóvenes, adultos y ancianos de ambos sexos dando voces de protesta, un niño del grupo nos señaló con el dedo, gritando algo en alemán, todos voltearon a vernos, comenzando a dirigirse hacia nosotros.

El bonachón Miguel Augusto Zambrano de la Cruz los miró y dijo: “mira, tan famosos somos que nos vienen a pedir autógrafos en tropel” .

Yo que desde niño tengo el don de la empatía, se cuándo a alguien le caigo mal, bien o más o menos, percibí que esas caras eran de ira, de odio, sus gestos eran agresivos, furibundos y en la medida que avanzaban hacia nosotros con cada paso, está aumentaba, sintiéndolo en las pisadas fuertes.

“¡Carajo! Estos nos vienen a agredir” - eso dije a mis compañeros, pero Carlos Hurtado replicó: - “sólo quieren tu firma para el recuerdo”, . “Recuerdo? – Dije- “Es lo que va a quedar de nosotros si nos agarran, creo que nos han confundido con deportistas árabes. Si, nos han confundido con deportistas árabes y estos son judíos alemanes protestando”

Me adelanté un paso y comencé a gritar.

“Hey, We are Mexican”, We are mexican”,- señalando al bonachón y moreno Zambrano - “He is Inca, Machu Picchu”; “somos Latinos hijos del Sol”. De nuevo un niño que hablaba español dijo “Uds no son árabes”“NO” “somos peruanos y este país queda en Sudamérica”. Le contesté, esperando que sepa en donde quedaba ese continente y no en el medio oriente.

El chico volteo y grito en idioma alemán que se habían equivocado, no éramos árabes, que nada teníamos que hacer con el medio oriente, que allá nos movilizábamos en Llamas y Alpacas y que habíamos dejado nuestras plumas, togas y tapabarros de nuestras vestimentas hechas con lana de vicuña, para dar un paseo por la ciudad, fue lo que después, tuvo el empacho y desparpajo en traducir.

“¡Oh, ya, excúseme, scusasi, excusez nous, I’am sorry, entschuldige uns, discúlpenos!” eran las palabras que oíamos en todos los idiomas, como habían cambiado las facciones de ira a conmiseración, éramos unos pobres seres humanos del tercer mundo que salíamos a conocer una ciudad y ellos se habían portado como los teutones barbaros de los tiempos romanos. Uno me quiso regalar los boletos para el metro, “Nein Danke”. Nosotros no pagábamos el servicio de transporte, era gratis para los deportistas olímpicos.

Continuamos nuestro camino, con el corazón todavía acelerado subimos al primer tren. “Muchachos, esto es una advertencia de que en el centro de la ciudad nos pueden volver a confundir, en la siguiente es mejor salir con uniforme que nos identifique, esto ya se volvió peligroso”. – comente; pero Juan Velarde que siempre era bromista dijo:

“Lo confundieron a Zambrano con un Rey Egipcio, con el Faraón, se lo querían llevar al museo”. - A lo que Hurtado agregó - “Es que no se fijaron en mi perfil griego” - “Mas bien sirio, es por eso que casi nos agarran a golpes”- dijo Zambrano y “Los Cuatro luchadores de Múnich” nos echamos a reír a carcajadas como buenos adolescentes

Lima, sábado 27 de setiembre del 2025.


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