ELEGÍA A EDGAR ADOLFO LOYAGA JARA
“Cada amigo es dueño de una gaveta escondida de nuestro ser de la cual sólo él tiene la llave e ido el amigo, la gaveta queda cerrada para siempre”.
Como decía Julio Ramón Ribeyro en su libro “Prosas Apátridas”:
Nosotros tus compañeros y por supuesto con mayor razón tu familia, hemos sido testigo del batallar para salir adelante del mal que te aquejaba, de soportar estoicamente todos los tratamientos y operaciones en busca de tan ansiada y esquiva salud.
Aplicaste tu coraje, tu férrea voluntad; sin embargo, estamos sujetos a las decisiones del Supremo, ahora estamos seguros que estas al lado del señor disfrutando la gloria que emana.
Nosotros tus amigos, tus compañeros de adolescencia de esa Gran Unidad Escolar “Felipe Santiago Salaverry”, sabemos que has cerrado tu gaveta para siempre, llevándote consigo la única llave; pero lo vivido, nuestras aventuras juveniles, nuestras anécdotas escolares están allí con nosotros, en nuestras mentes, en nuestros corazones que nos acompañaran hasta el confín de nuestras vidas.
Nosotros, tus compañeros Salaverrynos queremos expresar nuestra admiración a tu familia, que en todos estos tiempos de angustias y deseos de que mejores estuvieron a tu lado, sabemos que hicieron lo posible y hasta lo imposible, pero ya tenías un destino marcado por Dios. Para tu esposa, para tus hijos y nietos un fraterno abrazo, esperando que estas palabras le sirvan de consuelo ante esta irreparable pérdida.
Partes físicamente, pero mientras te recordemos, seguirás viviendo en nosotros por siempre y nunca jamás.
Lima, 25 de abril del 2025