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EL PODER DETRÁS DEL TRONO

Detrás de La Dina está su hermano Nicanor, que no le llega ni a las uñas del pie al “Tío Vladi

Publicado: hace 6 horas


Son múltiples los ejemplos que hay en la historia universal sobre las eminencias grises detrás del poder, una que los viejos de más de 70 años como yo hemos leído de niños en la novela de Alejandro Dumas, “Los tres mosqueteros” en donde el cardenal Richelieu, o “Eminencia Roja”, era el todopoderoso detrás de Luis XIII en la Francia del siglo XVII.

Pero para ir acercándonos al Perú, es la de Alejandro Esparza Zañartu, el represor del dictador Manuel A. Odría desde el año de 1948 a 1955. Que mientras era un desconocido con poder, hizo uso y abuso para meter preso, torturar, asesinar, deportar a los enemigos del régimen, sobre todo a los apristas; pero cuando el dictador lo puso de ministro, en lo que ahora sería el Ministerio del Interior, atrajo hacia él todas las miradas y culpas, dándole una cara a la represión, ocasionando que en Arequipa se gestara una revuelta pidiendo su destitución. Un años después, en 1956, el dictador Manuel Apolinario Odría tuvo que entregar el poder a Manuel Prado Ugarteche.

Acercándonos en el tiempo, en el año de 1990, un abogaducho, llamado Vladi, para los amigos, se acercó al candidato Alberto Fujimori después de la primera vuelta, solucionándole algunos asuntos legales pendientes que le impedían ser presidente del Perú en caso de ser elegido, entre ellos su nacimiento en el lejano imperio del Japón, allende en ultramar, siendo súbdito del sol naciente, lo que cambió al descubrirse que no sólo era peruano de nacimiento, sino que había nacido el 28 de julio, fecha en que se celebra el aniversario patrio.

Agarró tal influencia el abogaducho que en 10 años era el hombre más fuerte en el Perú, quizás le seguía Alberto Fujimori, porqué el presidente en funciones, o era un cómplice o era en verdad un “caído del palto” de todas las trapacerías. El error del abogaducho fue querer burlarse de los “gringos”, al enviar en un avión de la Fuerza Aérea del Perú, un cargamento de drogas al reino de Jordania a cambio de 10 mil fusiles AKM, de regreso estas armas fueron tiradas en paracaídas en la selva colombiana dominada por las FARC. Los norteamericanos saltaron hasta el techo y le bajaron el dedo. El resto ya es anécdota, el robo de un video por la “pollito” por celos, que al final se tumbó el tercer gobierno del Rererelegido Alberto.

Si al abogaducho no se le hubiera subido el ego al cerebro queriendo figurar, hasta ahora tendríamos una dictadura montesinista; pero ahora que han pasado más de 25 años y pronto saldrá de la prisión dorada en que se encuentra. Sus habilidades maquiavélicas, que fueron útiles para acabar el problema de “Sendero Luminoso” pueden ser muy apreciadas en este momento por una población atosigada de inseguridades, en donde hasta el último pinche trabajador de limpiador de parabrisas, vendedor de periódicos, mototaxista, ambulante de caramelos, acopiador de botellas de plástico, chatarrero, etc., debe de pagar un impuesto para tener derecho a ganarse la vida honradamente, así sea un sol diario, si quiere seguir viviendo en este mundo cruel.

La diferencia de este abogaducho genio del mal pronto libre y el “fumeque” de cannabis de Antauro, son años luz de neuronas, por otro lado el malvado genocida Lagarto Vizcarra, que está jugando a ser perseguido político, en lugar de irse preso por ladrón sigue estando suspendido políticamente, los demás postulantes no alcanzan todavía a salir del montón, en lugar de unirse por coincidencias ideológicas, cada quien juega a ser el "salvador del Perú", serán buenas gentes, buenos empresarios, pero todavía no les alcanza para decirle al electorado con el cinismo que todo político debe de tener, lo que ellos sabiendo que es mentira, quieren escuchar. No hablo de la China, que si el finalista es un Paneton, seguramente también perdería el cuarto balotaje.

El asunto es que quienes eligen presidentes es el pueblo, cargado de prejuicios, ignorancias, “de lo que me han dicho”, así que para el próximo quinquenio tenemos la incertidumbre de que elegiremos mal y hasta peor, para quejarnos después como si fueran los marcianos los que votaron. Que así no sea, Amén.

Lima, 11 de febrero del 2025.


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