CINCO DE FEBRERO DE 1975 - “EL LIMEÑAZO”.
Ocurrido un miércoles del 05 de febrero de 1975, hace exactamente 50 años.
El saldo oficial fue de 86 muertos, 1,550 heridos, 1,012 detenidos y 53 policías enjuiciados
Con 22 años de edad y estudiando para la carrera de Educación Física en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el 04 de febrero ya nos habíamos dado cuenta que no habíamos visto Guardias Civiles (policías) en las calles, pero la ciudad de Lima no era la que es ahora, no existía la delincuencia actual. En la madrugada del 05 de febrero, se escuchó por casi toda la ciudad los ecos de las explosiones y tiroteos, sin percatarnos cual era el origen.
Al día siguiente acudí a la Escuela de Educación Física que queda en la Av. 28 de julio en La Victoria a dos pequeñas cuadras de la 28 Comisaría de Radio Patrulla de la Guardia Civil. En las paredes de las esquinas adyacentes a la Escuela de Educación Física había huellas de sangre, con impactos de bala, como si hubiesen fusilado a personas. Los vecinos residentes nos comentaron que allí fueron asesinados policías que se escaparon de la toma de la 28 Comisaría, por soldados del ejército, que en la madrugada habían ingresado a la fuerza con tanques, eliminando a todos los que allí se encontraban en huelga.
Como muchachos universitarios sanmarquinos que éramos, decidimos mostrar nuestras discrepancias por la actitud matonesca de la dictadura del General Juan Velasco Alvarado y su ministro del Interior General Pedro Richter Prada. Estando en el frontis de la comisaría, un niño de 12 años asoma la cabeza por la hendidura de la puerta caída por un tanque y algún soldado del interior le manda un culatazo que le abre la cabeza. El niño retrocede llorando y sangrando profusamente, lo que hace que la multitud se exalté y comience a lanzar piedras a la comisaría, los soldados repelen con disparos al aíre.
La masa de gente que para ese momento ya había aumentado y exacerbado, se dirige a la Plaza Manco Cápac, en donde hay disparos; la turba sigue bajando hasta la esquina de las Avenidas Petit Thouars y 28 de julio en donde se encuentra el Banco de la Nación y lo saquean. Después ingresa a la Av. Wilson, ahora llamada Garcilaso de la Vega, queman el recién inaugurado Centro Cívico, a la siguiente cuadra queman los diarios expropiados por la dictadura Correo y Ojo, llegan a la Colmena, bajan a la Plaza San Martín y atacan el casino de los Militares, sacan los muebles bañados en pan de oro para quemarlos, pero a alguien se le ocurrió mejor llevárselos a su casa y se inició el saqueo.
Lo que comenzó como un pequeño grupo de chismosos al igual que nosotros, en la medida que pasaba el tiempo y crecían los rumores de asesinatos de policías y civiles, la población protestante comenzó a aumentar, además que esto fue aprovechado por algunas gentes que querían pescar en río revuelto, y llevarse alguito a su casa. Vi pasar una refrigeradora encima de una moto, dos caminando la sostenía atrás, mientras uno manejaba.
Los militares, que para aplacar insurgencia sólo saben hacer una cosa, “meter bala”, eso hicieron a partir de las 4 pm. Por la Av. Alfonso Ugarte pasaba un camión para recoger la basura, - En esos tiempos Lima no tenía compactadoras de basura – recogiendo cadáveres y heridos, como si fueran las bolsas negras, de ahora, sabrá Dios en donde fueron a parar esas víctimas anónimas.
A las 9 pm. se implantó el “Toque de Queda”, lo que mucha gente no hizo caso, lo que redujo un poco más la población limeña. Como todo estaba parametrizado, oficialmente solo hubo un saldo oficial fue de 86 muertos, 1,550 heridos, 1,012 detenidos y 53 policías enjuiciados. Es que también creo que los militares no son muy buenos en las matemáticas. Este hecho marco el comienzo del final del septenio de Velasco y el comienzo del quinquenio del dictador General Francisco Morales Bermúdez.
Tenemos que recordar, para que estas situaciones nunca más se repitan, que los militares no están hechos para la seguridad ciudadana, no es su función ni están preparados para ello, ya se vio en las manifestaciones de comienzos del año 2023 en provincias, olvidándose lo que había ocurrido hace 48 años. Pero ya sabemos que el ser humano es el único animal en la tierra que se puede tropezar varias veces con la misma piedra.
Lima, 05 de febrero de 2025.