La extorsión es una profesión que no se enseñan en las Escuelas Superiores de las Universidades, y que en el Perú era un poco rara.  Comenzó en la ciudad de Trujillo, con los taxistas, después con los pequeños negocios, hasta que hizo metástasis en todo el territorio nacional, agudizándose con la venida masiva de los hermanos venezolanos, adaptados al socialismo siglo XXI, que en más de dos décadas se les acostumbró a recibir “gratis” muchas cosas, entre ellas servicios, bienes, etc., que les duro mientras había dinero, es por eso que la “Diáspora” venezolana escapan en busca de mejores vientos, pero el tiempo en que vivieron en bonanza como el cuento de “La Hormiga y la Cigarra”, sin laborar, o laborando lo mínimo, ahora saben y han aprendido que no hay lonche gratis, que el ser inmigrante en tierras extrañas se debe de trabajar el doble para salir adelante, y esa cultura, “La cultura del trabajo”, como buenos caribeños no la han tenido antes, no la tienen y se les dificultad poder adquirirla. Claro, no todos son así, pero si una gran mayoría, y ni hablar si los inmigrantes masivos fueran cubanos con más de seis décadas de vivir de la “teta del estado”.

Los vagos delincuentes, tantos nacionales como extranjeros han decidido vivir del esfuerzo ajeno, tanto es así que las pequeñas tiendas, los choferes de los mototaxis, el ambulante que vende emoliente, churros, frutas, etc. también tiene que pagar su cupo, “su impuesto”, el derecho a laborar honestamente, así sea S/.5.00 soles diarios, si no se te aplica “La ley”, su represalia, que es la pena de muerte, como escarmiento también para quienes no se alinean.

Últimamente hemos visto por la televisión, como acomedidos abogados se acercan a un empresario aparentemente exitosos, pero que al no manejar su contabilidad debidamente, quizás evadiendo impuestos, eso le dificultad en demostrar que todos los bienes adquiridos  estén plenamente justificados. Estos expertos en derecho, se ofrecen a que la supuesta carpeta que está elaborando el Ministerio Público por “lavado de activos” no se concrete, siendo ellos los intermediarios y para ellos piden sumas exorbitantes, ese parece ser el caso de Umberto Jara por un lado y por el otro la fiscal “La madre” , de su nonato hijo “Chibolín”.

Comprasteis un terreno al sur de Lima junto a la playa, construyes tu casa, con el tiempo viene un individuo y adquiere, legal o ilegalmente los terrenos que están a la entrada, ponen su muro y su puerta, le cambia de nombre a la playa y la convierte en una especie de Club privado, con su respectiva membresía, de unos cuantos miles de dólares, más el mantenimiento mensual, si no eres socio, no puedes ni ingresar ni salir de tu propiedad. A pesar de que eso es ilegal, y la judicatura peruana le ha dado la razón a los vecinos que ya tenían su propiedad, este señor, que de paso se hizo famoso cuando asaltaba pizzerías, se defeca en las Resoluciones judiciales, no hace caso, y al parecer ahora comen de la mano muchas autoridades de cañete, que deberían aplicar la Ley.

Me contaba una vecina de San Juan de Lurigancho que un día un tipo con características y formas de prontuariado, tocó la puerta de su casa para ofrecer los servicios de seguridad y guardianía, por el cómodo precio de S/.50.00 soles mensuales, ya que sólo pagaría una pequeña suma de S/.1.50 diario, una ganga. Imagínense que sume unas mil casas. Ese tipejo ganaría unos S/.50,000.00 mensual sin mover mucho las pestañas, y sin pagar impuestos.

Pero yo no me preocupo, nuestra presidente La Dina, ha dicho que todo eso que sale en la televisión en especial en “Willax”, son ideas que sólo persiguen a esos periodistas, ya nuestro ministro del interior está poniendo las cosas en su lugar. ¿Cuál lugar? No lo sé, eso no lo ha dicho.

Lima, 22 de noviembre del 2024