Cuando subió al poder el 28 de julio de 1990, lo primero que comentó a sus allegados antes de ingresar físicamente por primera vez a Palacio de Gobierno como primer mandatario: “Estos creen que este chinito es un caído del palto”.

Esto lo dijo para darle la contra al equipo perdedor de las elecciones, a la rancia derecha liderados por el que después fue el premio nobel a la literatura Mario Vargas Llosa, quienes corrían rumores, de que este presidente era muy ingenuo, desconocido, inexperto para ser estadista y guiar al país en los momentos muy críticos económicamente, con una inflación galopante, terrorismo a rabiar, con un estado que se iba en rumbo a ser fallido, rodeado la capital por los de “Sendero Luminoso”, sin luz por las torres de energía eléctrica que eran tumbadas un día si y otro también.

En el grupo de bohemia en la que nos reuníamos los viernes en la noche, con apagones o sin él, analizamos que, si era el Rector de la Universidad Agraria de la Molina y presidente de la Asamblea Nacional de Rectores, o sea, que caído de un palto o del níspero no era.

El “Fujishock” que hizo el 08 de agosto de 1990 fue brutal, el sol de oro, moneda que se había devaluado, de tal manera que la gente de la calle ahora llevaba millones de soles en el bolsillo, la convirtió en “Intis”, con un valor un poco mayor que un dólar, liberalizó la economía, el Estado ya no pondría los precios, sería la oferta y la demanda, de tal manera que el pan se subió a un Inti, pero como nadie lo compraba comenzó a bajar hasta lograr el justo precio del mercado. Ahora también era la gente podría utilizar sus dólares como moneda común guardados bajo el colchón. Resultado final fue que paró la inflación, sentando las bases para el crédito, sea para la adquisición de bienes muebles e inmuebles.

Creo la SUNAT, la recaudadora de impuestos, mejor dicho, la economía la estabilizó tanto así, que el dólar que en sus tiempos llegó a costar un promedio de S/3.50 soles por dólar, hasta los actuales momentos bordea ese valor, siendo el Sol, una de las monedas más estables de la región. En la Guerra del “Cenepa”, en el año de 1995, militarmente la perdimos, pero la ganamos diplomáticamente, al tener una mejor economía que el Ecuador.

Quieran o no quieran, acabo militarmente con el Terrorismo, porqué las actuales generaciones no se imagina que era salir a las calles, con apagones en las noches, coches bombas, o mochilas olvidadas en los quioscos de emolientes, o en los ambulantes que vendían comidas en las calles, explotando en el medio de los comensales, para recoger después con espátulas los órganos regados por el piso y paredes. El atentado de “Tarata” en Miraflores es la mejor expresión del pánico que generaba estos barbaros de la izquierda radical por la angurria de llegar al poder.

Las acusaciones que le hicieron, torciendo las leyes y haciendo prevaricato, de secuestro, de los casos de “Barrios Altos” y “De la Cantuta”, por autoría mediata, lo que aún no existe en el código penal peruano, copiado de la legislatura española para juzgar a los de la ETA, y que no fue tampoco por “Lesa Humanidad” ya que eso tampoco está en nuestra legislación.

Lo que se dice del robo de seis mil millones de dólares de las arcas del Estado es sólo eso, mitos y leyendas urbanas, hecho por la izquierda que no le perdona que haya partido a los todopoderosos sindicatos gremiales, como el SUTEP, o los Bancarios, hasta ahora a Fujimori NUNCA se le ha encontrado prueba alguna de algún robo.

El tiempo va a disipar los actuales prejuicios, odios y fobias hacia él, quedando sólo los hechos históricos, con sus aciertos y errores, porqué los tuvo y no pocos, pero serán vistos en su contexto de espacio, tiempo e historia. Que descanse en Paz.

Lima, 12 de setiembre del 2024.