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DÍA DE LA MEDICINA PERUANA 05 DE OCTUBRE

Relato y vivencia de un día de emergencias en un Hospital peruano del médico Aldo David Alvarado Hinojosa.

“Gloria al martí de la medicina peruana Daniel Alcides Carrión (1858 – 1885), a todos los Carriones peruanos y del Mundo”

Por Javier Norberto León García OLY

Publicado: hace 6 horas


“A mí me han pasado cosas increíbles dentro de lo que significa mi profesión. Los que me conocen saben que por casi 20 años trabajé para el estado en el “Hospital del Niño”, en la Avenida Brasil. Miles de anécdotas. Muchos sentimientos y recuerdos, ahí va uno de ellos:

Sería el año 2005, yo llegando a la guardia como todos los miércoles en la noche, ya las noticias nos habían puesto tristes porque que un avión de TANS Perú (línea aérea ya desaparecida) había caído cerca de la ciudad Pucallpa, en la selva amazónica alta, se nos informaban que habían más de cuarenta muertos y otro número casi igual de heridos, dentro de los cuales había 10 niños.

La jefa de guardia, mi querida Clara La Vera, se acerca a mí y me dice “Aldo, están llegando ocho niños en ambulancia del aeropuerto, todos con fracturas expuestas, prepárate para una larga noche”, casi al voltear la mirada veía a la primera ambulancia con dos críos en camilla. Casi sin darme cuenta ya estaba en Sala de Operaciones, con mi querida amiga anestesióloga Zulema Tomas, y también nuestro Cirujano Plástico reconstructor Marco Lazo, agustiniano y San Fernandino como yo.

Empezamos a estabilizar las fracturas expuestas y a rotar colgajos de piel para cubrir heridas profundas, listo el primer paciente, con una mirada cómplice, Zulema me dijo “¿Aldito puede pasar el segundo paciente?” Y le digo – “claro, que venga ya “, pasaron tres más aún, rayando casi las 7 de la mañana, no habiéndonos dado cuenta que pasamos toda la noche operando.

Terminada la jornada Zulema se acerca a agradecer mi trabajo, y nuevamente el abrazo fue mutuo entre los tres. Y así, en esa noche, habíamos sosegado en algo el dolor de la familia de cinco párvulos, y entonces nos percatamos que el cansancio inundaba nuestro cuerpo. La satisfacción de una mirada de gratitud de la familia, al informar el estado de las criaturas fue mucho más satisfactorio, que el insulso pago mensual que el estado nos hacía.

Esta historia es la de cada médico, obviamente algunos pueden contar más anécdotas que otros, pero la mayoría de ellas cumplen con la cuota de dedicación y amor al prójimo, amor al desvalido y necesitado, ese amor que en la Facultad de Medicina de la San Fernando, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos nos inculcan, en donde empecé a sentir en aquellos cursos de servicio que se hacían en la currícula académica, caminando muchas veces por un campo recién invadido, por gente en busca de viviendas o hundiendo mis pies hasta el tobillo en aquellos cerros de San Genaro, pasando por dar charlas de Lactancia materna, mientras 10 de las 20 madres que acudían, cabeceaban toda la exposición y ni entendían nada de aquel papelógrafo de la exposición, ja, ja, ja,  al final de la charla, cada una preguntaba cualquier cosa pero nada relacionada con el tema, si no para solucionar problemas propios como diarreas y resfríos. Y nosotros siempre contestando con un granito de conocimiento ya que empezábamos a darnos cuenta lo útiles que íbamos a ser para nuestro país.

En San Fernando aprendí a ser médico, aprendí el sacrificio de todos los Carriones que caminábamos desde el Bioterio hasta el CEM (Centro de Estudiantes de Medicina) estudiando en las banquitas verdes de madera o en el jardín botánico, con copias del Harper y esperando que Hielke Haak (QEPD) no nos masacre en sus clases de Bioquímica. Pero lo más hermoso de esto fue que tuve la suerte de no equivocarme en elegir mi carrera, y Dios fue tan bondadoso conmigo que en la facultad incluso encontré a mi media naranja para empezar juntos el camino largo de la vida profesional y familiar.

¡Feliz Día de la Medicina a mi esposa Patty Ruiz, a mi hermano querido Abraham, a primos y sobrinos médicos y a todos los colegas de la gloriosa 86 !!!”

Aldo David Alvarado Hinojosa

San Fernandino y Agustiniano

Lima, 05 de octubre del 2024.


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