#ElPerúQueQueremos

RECORDANDO A ROBERTO CARLOS CHALLE OLARTE (24/11/1946 – 10/09/2024)

"El Niño Terrible del fútbol peruano"

Un fuera de serie, irreverente, motivador con sus pupilos, aplanador con sus adversarios, el único e inimitable. 

Javier Norberto León García OLY

Publicado: 2024-09-11


Al verlo jugar por televisión en el año de 1969 en “La Bombonera” del Boca, en las eliminatorias para el Mundial de fútbol “México 70, me impresionó su desenvolvimiento como jugador con calle, sobre todo cuando le coloca la pelota en la cabeza del seleccionado argentino Juan Carlos Rulli, armando un conato de trifulca, pero previamente al inicio del partido, al jugador “Perico” León García, se le rompe el short, quien no se amilanó, sino que se lo quitó con todo el desparpajo en el medio del campo de fútbol para cambiarse por otro, dejando ver las peludas nalgas negras. Después vendría los dos goles del “verdugo de la Bombonera” Oswaldo “Cachito” Ramírez, quien por casualidad también lo conozco, porqué fui profesor de sus hijos. No sé si sería una estrategia o fue parte de lo acordado para ganarle la voluntad a los argentinos en su casa, creo que para ellos tuvo un efecto psicológico.

A raíz de ese hecho a Roberto Challe se le conocía como el Niño Terrible”, apodo que lo acompañó toda su vida, ya que, como entrenador, utilizaba toda su sapiencia de barrio para amilanar a los rivales, sean jugadores o entrenadores.

Tuve la oportunidad de tratarlo por primera vez en el año de 1970, en la concentración que hicieron en el Hotel “Huampani” en Chaclacayo, ya que mi primo hermano Landrú Gaviria García, me hizo extensiva la invitación que su cuñado, Jesús Canesa Román, jugador de fútbol, además de economista y funcionario de Petro Perú, nos llevara a ver a sus amigos seleccionados para presentarnos.

Después lo trate como padre de familia en el Colegio San Agustín, ya que fui el profesor de Educación Física de su hijo, Roberto Carlos Challe Simic en el primer y segundo grado de primaria. Un sábado estaba él entrenando el aula de su hijo, para las “Mini Olimpiadas Agustinianas, cuando por casualidad el suscrito pasaba por allí, lo que aprovechó Challe para saludarme y solicitar mi apoyo, porqué se le hacía difícil tratar con casi 50 niños de seis años, y que no sabían de su trayectoria deportiva, por lo tanto, les era indiferente hacerle caso. Yo que ya los tenía “amaestrados”, no tuve ningún problema de ayudarlo.

Después el cayó a la GUE “José Granda” con su equipo juvenil de Universitario de Deportes, al cual le empatamos. Terminó con un almuerzo de camaradería ambos equipos. Como se quedó un poco picón con los resultados, nos invitó al local del Club en Odriozola, en el distrito de Breña, repitiendo los resultados, ellos también nos brindaron el respectivo almuerzo. Esa fue la ultima vez que lo vi. Sería hace unos 18 años. Después he estado al tanto de su gran trayectoria como entrenador y la forma indiferente que fue tratado por las instituciones que laboró, recibiendo mucha ingratitud.

A su hijo quien ha sido mi alumno, a su hija, a quien conozco también del Instituto Peruano del Deporte, a sus demás hermanos, a la viuda y a los hinchas de este otrora gran futbolista mis sinceras condolencias, que Dios lo guarde en su Gloria, que descanse en Paz.

Lima, 10 de setiembre del 2024


Escrito por


Publicado en