De niño, en las décadas de los 50 y 60, por la recién llegada de la televisión en el Perú, salían unos dibujos animados de dos urracas, “Tuco y Tico”, que hacían una serie de travesuras de las cuales siempre salían indemnes.

En la década de los 80, cuando Carlos Hurtado y el suscrito Javier León comenzamos a involucrarnos en la dirigencia deportiva de la Lucha Olímpica y después del deporte en general por los mismos quehaceres de la Federación Nacional, a alguien del Comité Olímpico Peruano, no sé si a Iván Dibós, miembro del Comité Olímpico Internacional, Rodolfo Cremer Nicoli QEPD, Carlos Paz Soldán QEPD o Luis Woolcott QEPD, fueron los creadores de estos apodos para nosotros dos, lo que no demoró mucho en llegar a nuestros oídos.

Un día le pregunté a Rodolfo Cremer, con quien habíamos compartido selección Nacional en los VII Juegos Deportivos Bolivarianos de “Panamá 1973”, él, en la disciplina del Voleibol Masculino y nosotros en Lucha, ¿que los había motivado en ponernos ese apodo?

- “Es que Uds. siempre paran juntos desde que eran deportistas, y cuando se juntan para una queja, reclamo, protesta o gestión deportiva consiguiendo casi siempre sus objetivos, como las urracas de los dibujos animados, insistentes, pertinaces e incomodos para las autoridades; antes de eso cuando eran incendiarios terminaban tumbándose a las directivas de la Federación de Lucha.

- Lo que ahora me complace es que son los actuales dirigentes de la Federación, han pasado de ser incendiarios a bomberos, por lo tanto, deben de estar preparándose para recibir de su propia medicina”.

Ser dirigente deportivo en esas épocas, en donde los recursos económicos eran casi inexistentes, fue muy difícil, tenía el cargo de secretario, por lo tanto, los oficios los redactaba en maquina de escribir, con papel copia y papel carbón, de las cuales los tomaba prestado de mi colegio. Los apagones por actos terroristas eran de todos los días, así que en el gimnasio de la puerta 20 “A” de la tribuna oriente del Estadio Nacional, habíamos aprendido a colocar las velas encendidas contra las columnas o paredes, brindando precario alumbrado para por lo menos no caernos de bruces, hasta que conseguimos esos lamparines de kerosene y por allí varias lámparas de gas propano. Eso ahora es inimaginable para los actuales deportistas, entrenadores y dirigentes.

Tuco y Tico, ahora están jubilados como docentes del Magisterio Nacional en Educación Física, han llegado a la tercera edad pasando las siete décadas, con un sinnúmero de experiencias que peinan calvas y canas en las barbas, ahora primero escuchan y después actúan, sabiendo que el tiempo está como la bolsa de dulces que ya se acaba, hay que disfrutar a rabiar los caramelos que quedan, eso no significa que se hayan puestos blandengues, sólo más prudentes, por qué saben que “Gallos viejos con las alas matan”.

Lima, 28 de agosto del 2024